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Apuntes para una practica personal o para empezar a practicar sol@

  • Foto del escritor: Sd
    Sd
  • 19 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Una día me acerqué a mi profesor para preguntarle si al hacer mi práctica personal debía seguir practicando la secuencia que me había enseñado para mejorar el malestar en el vientre bajo que tenía. Su respuesta, muy escueta, fue: ‘sí, puedes hacer eso’.

Pero luego, durante la clase, contó que alguien se le había acercado a preguntarle qué hacer en su práctica personal y que nunca le habían hecho una pregunta tan tonta, pues él no puede decirnos qué practicar en ese tiempo, de lo contrario dejaría de ser personal.

Así fue como entendí que la práctica personal es aquella ventana que se abre en el espacio tiempo para ser tu propio guía. Que lo podemos usar para estudiar lo que nos han enseñado o vemos en libros pero principalmente es un momento para escucharse y observarse uno mismo sin indicaciones de por medio y tomar el valor de hacerse responsable de uno mismo.

Al comienzo, cuando practicamos sol@s muchas veces sentimos que nos falta conocimiento para armar una secuencia, detalles para performar la ãsana de manera ‘adecuada’ -habiendo tantas variaciones y ajustes para cada necesidad no sé si vale decir que hay una sola manera adecuada- o un profesor que nos corrija. A fin de cuentas nosotros no nos podemos ver sin un espejo en frente. Pero conforme vamos practicando y confrontándonos con esos silencios muchas veces invadidos por dudas infinitas, podemos ir identificando esa voz que tenemos dentro que nos guía a cernir las dudas y encontrar respuestas, escuchando y sintiendo lo que cada postura nos puede ofrecer.

Entonces no tendría sentido que ahora les de secuencias exactas para que las sigan en casa por sí mismos pero sí les puedo dar consejos sobre algunas cosas que pueden ayudar:

- Es mas importante la continuidad diaria que las prácticas largas. Valen más 15-30 min diarios que 2 horas una vez a la semana.

- No pienses en replicar la intensidad y ritmo de una clase. Proponte empezar con tres o cinco posturas, practícalas como las recuerdes y observa. Poco a poco irás recordando más y si quieres podrás ir incorporando más posturas.

- Observa tu respiración constantemente: al comienzo, durante y al final de la práctica. ¿Cómo es tu inhalación? ¿Como es tu exhalación? ¿A que partes del cuerpo llega esa respiración? ¿Cómo cambia en y con cada ãsana? ¿Qué efectos tiene en tu estado mental?

- Si pensaste en una secuencia o grupo de posturas y en el camino se te ocurren otras, hazle caso a ese llamado y explóralo.

- Intenta no tener libros o videos durante la práctica. Las dudas que aparezcan, consúltalas después de terminar tu práctica.

- Ten fé y paciencia. El maestro Iyengar decía que, así como nuestro cuerpo, la práctica de yoga también requería de vitaminas esenciales:

“Las cinco vitaminas para el practicante de yoga son fe, valor, absorción y una tremenda memoria para comprender lo que está pasando hoy; lo que sucedió ayer y hace muchos días, con una percepción consciente ininterrumpida”. (Ver: Arbol del Yoga)

Espero esto les ayude y sea útil

Un abrazo

 
 
 

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