Más apuntes para empezar a practicar sola
- Sd
- 23 abr 2020
- 3 Min. de lectura
A veces, cuando empezamos a practicar solxs nos falla la memoria o nos sentimos insegurxs y no sabemos bien por dónde empezar. Las dudas y las ganas de hacerlo muy bien, nos hacen una mala jugada. A veces también tenemos alguna molestia o lesión. Queremos explorar y estudiar zonas específicas que nos están fastidiando: las rodillas, el cuello o la zona lumbar. Pero tenemos miedo de empeorar al no contar con la supervisión de un profesor.
Yo, por ejemplo, estoy aprendiendo a sobrellevar malestares en la zona de la pelvis desde hace varios años. Muchas veces, preferí no practicar por miedo a empeorar, a hacer algo mal, a pesar de tener apuntadas más de veinte secuencias para mi malestar, incluso sabiendo que la mayoría fueron pensadas especialmente para mi por algún profesor.
El miedo era grande. Eyal Shifroni dice que lo más difícil de practicar solxs es abrir el matt: decidir hacer la práctica y enfrentarte a ti mismo, hacerte responsable de ti mismo. Cuando lograba hacerlo pretendía sentir y hacer la secuencia como lo había hecho en clase. Terminaba frustrada. Era imposible. No contar con energía de grupo, la validación del profe diciendo si lo estás haciendo bien o en todo caso corrigiéndote. No contar con la mirada del otrx, a quien a fin de cuentas -casi por naturaleza- queremos impresionar. En la práctica personal estamos solxs. En silencio. Un silencio que puede ser abrumador. Las secuencias que encontramos en libros, clases e internet nos pueden ayudar mucho a calmar esas dudas. Mas allá de si tenemos una lesión o no, a veces nos viene bien contar con una guía que nos ayude a enfocar nuestra práctica.
Como cuando aprendemos a jugar bowling y pedimos que suban las barandas para que el bolo no se descarrile. Estas secuencias son un gran apoyo. Pero como dice Prashant Iyengar no se deben tomar como pastillas que solucionarán el tema a tratar mágica e inmediatamente. debemos involucrarnos en el proceso con constancia, paciencia y mucha observación. a fin de cuentas, asi como en el bowling, eres tu quien tiene que empujar el bolo para que avance. Toma tiempo aclarar la mente y sanar heridas -físicas o emocionales- que llevamos cargando con nosotrxs.
· Hay que tener paciencia y observar con detalle. No observar únicamente con los ojos sino involucrar todos los sentidos para comprender el sentido de la secuencia propuesta, mientras la vamos poniendo en práctica.
· ¿cómo se siente la zona o estado mental al que se dirige la secuencia? ¿qué posturas te ayudan más que otras? ¿cómo funcionan en su conjunto?
· ¿Cómo va cambiando la respiración a lo largo de la secuencia? ¿qué efectos tiene en ti?
· Si hay alguna postura que no conoces bien, busca antes de empezar a practicar una guía para esa postura. Saltéatala, intentala con cuidado o acude a tu profesor@ para que te de ciertas pautas.
· Si hay alguna postura que no se siente bien. Respira, observa si la incomodidad o dolor se disipa con la respiración. Si persiste, pasa a la siguiente. Podrás volver a ella en otro momento. Ojo: que no se sienta bien no es lo mismo a que sea dificil o haya cierta incomodidad. Hay que empezar a identificar el dolor bueno del dolor malo (por lo general, el bueno se va apenas sales de la postura).
· Intenta la misma secuencia en diferentes momentos del día o distintos dias. Cada momento es diferente y nuestro cuerpo tambien tiene una disposicion distinta. Tal vez, algunas posturas sean más provechosas unos días más que otros.
· No te concentres en lograr la postura perfecta o tal cual la ves en la imagen. Usa esa imagen como inspiración. Se trata de probar, ensayar y prácticar. Es un largo proceso de observación, de prueba y error para seguir aprendiendo y conociéndonos.
“No matemos el instinto del cuerpo por conseguir la gloria de la postura” – Vanda Scaravelli
"El cerebro no está hecho para la acción, sino para la reflexión de la acción." - B.K.S. Iyengar
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